El temporal Filomena, que dejó más de 60 cm de nieve acumulada en muchos puntos del territorio catalán durante el mes de enero, quedó atrás hace ya algunas semanas. No solo se ha recuperado la normalidad, sino que, además, parece que la primavera ya tiene ganas de llegar.
Los rosales a pie de viñedo comienzan a florecer, y lo hacen también los almendros que rodean el paisaje de la bodega. De hecho, estos árboles son los primeros que florecen justo cuando llega el final del invierno, y es precisamente en la Terra Alta donde más predominan.
El tiempo del florecimiento es incierto, pero suele ser entre febrero y marzo. Su duración se alarga algunas semanas, aunque depende del frío, el calor, las heladas, y el viento. Este momento del año brinda la oportunidad de poder disfrutar de un espectacular paisaje cromático, entre el color de las flores y de la tierra.